sábado, 10 de agosto de 2013

I


 

"Sueños de una adolescente convertidos en cruel realidad".


15 años, maravillosos 15 años... La edad en que, según el punto de vista, o realmente todo es maravillas o es una desgracia total.

Y así fue mi vida, ambas cosas.

En mis buenos ratos tenía sueños de una vida buena, de un príncipe azul. Pero pasaron los años y ese príncipe jamás llegó. En cambio, se presentó en mi vida un hombre que no quiso ni supo hacerme feliz y al que yo tontamente me aferré, creyendo que, algún día, todo cambiaría; pero nunca fue así.

Debo reconocer que en gran medida yo fomenté las mentiras, el engaño, las ofensas y humillaciones, perdonando incluso el hecho de que en su momento no hubiera reconocido a nuestros hijos. Cuando a un hombre se le permite todo eso, se cierra prácticamente la puerta para el amor y la felicidad.

Y aunque pensaba que para mí él era mi mundo, realmente no era así, porque afortunadamente existe otro tipo de amor, un amor total y una felicidad completa que proviene precisamente de los hijos.

Me siento plenamente realizada como madre. Nadie me lo puede quitar.

Tengo unos hijos hermosos y maravillosos que realmente hacen que todo valga. Vale la pena que nunca haya aparecido ese "príncipe azul". Cambié un cuento de hadas por una historia real.

A Dios gracias por todo este amor.
 

1 comentario:

  1. Se dice q cuando una mujer tiene un hijo, conoce lo que es el amor. Dichosa aquella q también encuentra el amor en un hombre.

    ResponderBorrar